Aunque el invierno nunca será la estación favorita de nadie, nos puede ayuda saber que existe un lado positivo para poder tener otra actitud y perspectiva durante estos meses.
Cuando el invierno llega y las temperaturas bajan, probablemente, el plan de quedarte en tu casa bebiendo algo caliente y viendo una película suene demasiado bien. Aunque el frío se asocie con problemas de salud como el resfriado y la gripe, ¿sabías que hay muchos beneficios que aportan las bajas temperaturas a nuestro cuerpo?
Sigue leyendo para descubrir las ventajas de pasar frío para tu salud.
El frío quema calorías
Cuando hace frío, el cuerpo trabaja más para mantener la temperatura corporal, que suele rondar los 37 °C. Nuestro cuerpo consume una cantidad considerable de energía para mantenernos calientes y humidificar el aire que respiramos cuando estamos expuestos al frío.
Tendrás menos alergias
El frío alivia las alergias debido a las desencadenadas por el polen de árboles ya que hay menos polinización con temperaturas más frías
Mejora la calidad del sueño
Nuestro cuerpo sigue un ritmo circadiano que autorregula los patrones de alimentación, sueño y actividad según los ciclos día-noche, lo que nos permite funcionar con normalidad.
Cuando se acerca la noche, nuestra temperatura corporal desciende de forma natural,
alertando a nuestro cuerpo de que es hora de bajar el ritmo y descansar. Si la temperatura de la habitación es demasiado alta, es posible que detenga esa señal y posponga la conciliación del sueño. Si la habitación está demasiado caliente, también se puede observar notar un sueño intranquilo.
Al conciliar el sueño, las temperaturas más frescas ayudan a adquirir un sueño más profundo, a dormir más rápido, a aumentar la calidad del sueño REM y a reducir el riesgo de enfermedades metabólicas como la diabetes.
Incrementa el apetito
Muchos estudios han descubierto que, la exposición a temperaturas frías durante un corto periodo de tiempo puede aumentar el gasto energético total. Cuando hace más frío, el cuerpo necesita quemar más calorías para mantener la temperatura corporal. Para proteger la salud y mantener el calor, y el sistema que controla el apetito nos envía señales para que comamos más.
Mejor funcionamiento del cerebro
Hay pruebas de que nuestro cerebro funciona mejor a temperaturas más bajas. Las temperaturas más frías pueden ayudarte a pensar con más claridad. Un estudio de 2017 de la Universidad de Stanford descubrió que las personas realizan algunas tareas cognitivas con mayor control cuando baja el termostato; en esencia, se vuelven menos impulsivas. Esto es debido a que el cerebro necesita glucosa para funcionar, pero el cuerpo utiliza más cuando hace calor para mantener baja la temperatura, lo que deja menos combustible para razonar y recordar.
Ayuda a prevenir infecciones
Los insectos, como los mosquitos y las garrapatas, escasean cuando hace frío, lo que reduce en gran medida el riesgo de contraer las desagradables enfermedades de las que son portadores. Además, estudios han demostrado que el sistema inmunitario puede activarse con temperaturas más frías, lo que aumenta nuestra capacidad para evitar las infecciones,
Estos son algunos de los datos curiosos acerca del impacto positivo de las bajas temperaturas en nuestro cuerpo.
Esta información puede ser clave para entender cómo nuestro cuerpo reacciona ante factores externos como el frío y cómo responder ante estas señales.
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