En los últimos tiempos, los métodos de pedagogía alternativos están de moda y, a la vez, en el punto de mira. Ya sea por su reconocimiento y seguidores o por la funcionalidad real de ellas. Si tienes niños o estás en contacto con el mundo de la educación infantil o primaria, no te vayas. Hoy desde FormaInfancia, donde encontraréis formación de Pedagogía Montessori, os traemos un post con información sobre el funcionamiento de una escuela infantil Montessori. Y la compramos con el funcionamiento de una tradicional.

Diferencias entre colegio Montessori y Colegio tradicional

La corriente pedagógica de Montessori sigue un metodología propuesta por la pediatra italiana Maria Montessori, quien la ideó a finales del siglo XXI. Su corriente tiene como principal finalidad hacer que los pequeños aprovechen, a su ritmo todo el potencial psíquico e intelectual que tienen.

Un colegio Montessori, así sigue esta corriente en sus clases y aplica el contenido educativo mediante una fórmula de aprendizaje autónomo y libre.

A continuación, demos un repaso a la posición de esta corriente en algunos ámbitos que conforman un método educativo en general. Igualmente, también veremos cómo se trabajan estos ámbitos desde la escuela tradicional.

Desarrollo intelectual

Uno de los principales fines que propone la teoría de la doctora italiana es la de alcanzar el máximo rendimiento intelectual de los niños. Sin embargo, el método rechaza el seguimiento de un ritmo de trabajo forzado. Por eso, cada niño sigue su propio ritmo y concuerda con sus necesidades.

Por su parte, un colegio tradicional aplica un método de formación homogéneo con todos los alumnos. Poco a poco veremos cómo trabaja este sistema.

Involucramiento

Normalmente, en un colegio Montessori, el maestro se convierte en un guía. Así, controla y vigila las actividades propuestas. Los únicos protgonistas de las prácticas educativas son los propios alumnos. Este valor de involucramiento en las clases está basado en el concepto de que los peques han de poder controlar conscientemente su proceso propio de educación.

En un centro educativo tradicional, los maestros deben liderar las actividades de las aulas. El alumnado, por su parte, ve qué hace el profesorado y participa de manera pasiva.

Disciplina

Una de las particularidades más destacables de una escuela Montessori es que la disciplina de las aulas es autoimpuesta. Eso significa que los profesores de una clase hacen que los niños reconozcan cuál es el comportmiento que deben tener en su colegio.

Por su parte, en un centro tradicional, el profesor imparte una determinada y enseña al alumnado los comportamientos que se deben adoptar y los que no.

Desarrollo físico

En las escuelas que siguen el método Montessori, la promoción del pleno desarrollo físico de los niños funciona igual que el desarrollo psíquico. Por poner un ejemplo: muchas escuelas Montessori no tienen ni siquiera pupitres en sus aulas. Por este motivo, las propuestas educativas que se llevan a cabo durante la etapa escolar también apoyan el desarrollo físico. Los niños mantienen una jornada activa físicamente hablando.

La escuela tradicional está principalmente compuesta por clases con pupitres. Su desarrollo físico se potencia a través de las horas curriculares de educación física y los complementos de actividades extraescolares que sus padres les den.

Compañerismo

Es otra de las particularidades de un colegio Montessori. En sus clases, generalmente, no se divide a los pequeños según su edad. Además, esta corriente educativa rehúsa el método del castigo, pues defiende el aprendizaje autónomo entre el bien y el mal. Esto se traduce en un ambiente de compañerismo y de respeto por los compañeros.

En el colegio tradicional, los niños se separan en clases según sus edades y son sentados de dos en dos según las directrices del centro. Los ejercicios y trabajos, a pesar de que suelen ser individuales, cada vez son más grupales.

Colaboración

Tal como comentábamos en el anterior punto, los alumnos de un centro Montessori son incentivados a tener una relación colaborativa con sus compañeros. Aun así, cabe remarcar que esta metodología no contempla la obligación de realizar trabajos en grupo, son opcionales. En sus aulas, los peques aprenden a ser mejores personas y construir un mundo mejor.

La institución tradicional obliga a los niños a hacer trabajos en grupos. Normalmente son los profesores quienes forman los equipos. Los alumnos “colaboran” en la confección del trabajo.

Autoconocimiento

También lo dijimos antes, la pedagogía Montessori cree que los niños deben aprender de manera autónoma sobre su bienestar y comportamiento. Las actividades que se realizan en una escuela de este tipo están enfocadas a la educación en positivo y al conocimiento propio.

Por su parte, la corriente educativa de los centros tradicionales enfoca menos sus actividades al autoconocimiento. Esta particularidad se relega en las casas particulares y en los padres.

Interés

En un colegio Montessori, los trabajos y deberes son escogidos por el propio alumno. Es una manera de enfocar el currículum académico hacia la estimulación del interés del peque.

En el otro lado de la balanza, lecturas, deberes o trabajos son determinados por cada profesor de cada materia. Además, el currículo educativo marca los ejercicios y conceptos que se deben asimilar. Generalmente no se valoran los intereses personales o preferencias de los niños.

Papás y mamás

Los padres y madres de un peque que asiste a una escuela Montessori deben estar de acuerdo con la forma de enfocar el proceso de aprendizaje que se aplica. Es muy difícil que los progenitores no estén involucrados en este tipo de procesos formativos y participan en él. Además, suelen continuar con sus métodos en casa.

Las mamás y papás de un alumno de un centro tradicional tienen la posibilidad de involucrarse en organizaciones externas. Por ejemplo es muy usual la participación en fiestas tradicionales y culturales (Halloween, fin de curso…) o en la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (Ampas).

Ritmo de aprendizaje

En el primer modelo, es el niño el que establece cuál es su mejor ritmo. Durante el proceso, el niño aprende cómo mejorar su ritmo a través del reconocimiento de errores propios.

En el segundo, los niños cumplen y siguen un currículo escolar. El propósito es que todos superen las mismas pruebas (controles y exámenes) al mismo tiempo.

 

Fuente: Esneca Business School

 

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