La piel es el órgano más grande del cuerpo y representa casi una sexta parte del peso corporal. Cuenta con muchas funciones importantes, entre ellas está combatir virus y bacterias, conservar el equilibrio de líquidos y regular la temperatura del organismo. La estructura de la piel también puede influir en nuestra autoestima significativamente, por esta razón es fundamental cuidar de ella.

Estructura de la piel

La piel, órgano dinámico y versátil, se constituye en tres capas principales: epidermis, dermis y subcutis o tejido subcutáneo, cada una de ellas formada por varias subcapas. Los anejos de la piel, como folículos, glándulas sebáceas y sudoríparas, también desempeñan diversos papeles en su función global.

Capas de la piel

Epidermis

La epidermis es la capa más externa que vemos y tocamos, nos protege de las toxinas, bacterias y pérdida de líquidos. Se compone de 5 subcapas de células llamadas queratinocitos, estas células generadas en la capa basal más interna, se desplazan hacia la superficie de la piel madurando y experimentando una serie de cambios.

Dermis

La dermis es la capa media de la piel, gruesa, elástica pero firme, se compone de dos subcapas: la capa inferior gruesa y profunda sobre el subcutis y la capa superior que establece una unión definida con la epidermis en forma de onda.

Hipodermis

Siendo esta la capa más interna de la piel, almacena energía mientras sirve de almohadilla y aísla el cuerpo. Se compone principalmente de células adiposas, fibras colágenas especiales y vasos sanguíneos.

Tipos de piel

Existen cuatro tipos básicos de piel sana: normal, seca, grasa y mixta. Sin embargo, el tipo de piel se determina genéticamente y el estado de nuestra piel puede variar considerablemente según diversos factores internos y externos a los que es sometida. A continuación, te definiremos cada tipo de piel.

Piel normal

Cuando nos referimos a una piel equilibrada empleamos el término “Normal”, aunque el término científico para piel sana es eudérmica. No obstante, la zona T (frente mentón y nariz) tiende a ser algo grasa pero el sebo y la humedad están equilibrados al igual que la piel, no es ni muy grasa ni muy seca. A medida que envejece una persona con piel normal, su piel tiende a secarse más.

La piel normal no es propensa a la sensibilidad y se caracteriza por tener:

  • Poros finos.
  • Buena circulación sanguínea.
  • Textura aterciopelada, suave y lisa.
  • Transparencia uniforme de color rosado, fresco.
  • Ausencia de impurezas.

Piel seca

Cuando la piel produce menos sebo que la piel normal, esta se denomina “piel seca”. Debido a la falta de sebo, la piel seca carece de lípidos que necesitan retener la humedad y formar un escudo protector frente a influencias externas, deteriorando la función de la barrera. Este tipo de piel se da en diferentes grados de intensidad y en formas distintas que no siempre pueden diferenciarse claramente entre sí.

Existen diversas causas de la piel seca, una de ellas es la humedad de la piel por medio de la transpiración y la pérdida transepidérmica de agua, además la sequedad de la piel está causada por una falta de aminoácidos, ácido láctico, lípidos epidérmicos, entre otros. En consecuencia, la función de la barrera cutánea puede llegar a deteriorarse.

Piel grasa

La piel grasa es un tipo de piel con producción acrecentada de sebo. La hiperproducción se conoce como seborrea. Este tipo de piel se caracteriza por tener poros agrandados y visibles, brillantez, piel engrosada y pálida. En casos moderados y graves aparecen espinillas y la piel tiende a enrojecerse.

Ciertas situaciones que desencadenan la hiperproducción de sebo son:

  • Genética.
  • Cambios y desequilibrios hormonales.
  • Medicación.
  • Estrés.
  • Cosméticos comedogénicos (productos para maquillaje que causan irritación).

Piel mixta

Con una piel mixta, los tipos de piel cambian en la zona T y en las mejillas. La denominada zona T puede diferir significativamente, desde una zona muy delgada hasta una zona extendida. La piel mixta se caracteriza por tener la zona T grasa (frente, mentón y nariz), los poros agrandados en esta zona, quizá con algunas impurezas y las mejillas entre normales y secas.

La hiperproducción de sebo se debe a las partes más grasa de la piel mixta y las partes más secas de la piel se deben a una carencia de sebo y a la insuficiencia de lípidos.

En definitiva, el estado de la piel puede cambiar durante las diferentes etapas de la vida. Entre los numerosos factores internos y externos que determinan el estado de la piel destacan los siguientes:

  • Clima
  • Contaminación
  • Medicación
  • Estrés
  • Factores hereditarios
  • Sudor
  • Factores hidratantes naturales

Los productos empleados para el cuidado de la piel deben elegirse dependiendo del tipo de piel y el estado de la misma. Puedes pedir ayuda a un dermatólogo profesional y otros expertos en cuidado cutáneo.

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