Conflicto laboral: ¿cómo solventarlo?

La solución de los conflictos laborales depende del departamento de recursos humanos, área encargada de cuidar el funcionamiento y la relación entre los trabajadores. Dentro de sus responsabilidades está dedicar atención al ambiente de trabajo y fomentar el bienestar común a través de diversos métodos y estrategias.

Sin embargo, en todo grupo humano puede presentarse alguna clase de conflicto laboral, uno que pueda afectar el funcionamiento de la organización si no se atiende a tiempo. Contar con el equipo necesario y las herramientas correctas para gestionarlo es clave dentro de las empresas.

¿Cuándo se da un conflicto laboral?

Un conflicto laboral puede presentarse por distintas razones. Hay que reconocerlo como algo natural y, en algunos casos, hasta inevitable debido a que toda toma de decisiones y gestión implica un pulso entre las personas.

Pero esa tensión puede ser gestionada de mejor o peor manera, influyendo en la dimensión del conflicto. Hay inconvenientes que se generan entre compañeros mientras que otros se producen por problemas dentro del organigrama de la empresa, por ejemplo.

Más allá de la dimensión es importante tener en cuenta que por pequeño que sea un conflicto laboral debe ser tratado de la mejor manera para evitar que se transforme en uno de mayor alcance, perjudicando el funcionamiento de la compañía o grupo de trabajo.

Características de los conflictos laborales

Hay algunos aspectos que los definen. El primero de ellos es que son inevitables. Al tratarse de empleados con diferentes personalidades y funciones, lo más lógico es que se produzca alguna clase de fricción entre ellos. Eso no quiere decir que sea común que se presenten de forma constante.

Es importante tener en cuenta que si bien un conflicto laboral puede considerarse como un problema, este último concepto es más amplio y no todos los problemas de una organización se asocian con los conflictos laborales. Por ejemplo, la organización puede tener problemas financieros sin que esto derive en conflictos laborales. Determinar el origen y el por qué de las circunstancias es clave.

Hay distintas categorías al momento de ubicar un conflicto laboral. Sin embargo, visto desde una perspectiva más general, puede ubicarse de la siguiente manera: por la utilidad. Dentro de esta categoría hay dos tipos. El improductivo, que afecta a las personas y a la organización; y el productivo, del cual se extraen beneficios una vez que se soluciona. Este último caso puede representarse a través de una lluvia de ideas o dinámicas en las que distintos puntos de vista tienen que ser analizados.

En ese caso se llevan a cabo con el objetivo de fomentar la competitividad positiva, el espíritu autocrítico, el aprendizaje, entre otros factores.

¿Cómo gestionar los conflictos laborales?

Hay que tener en cuenta que ningún conflicto laboral es sencillo de manejar debido a que está sujeto a muchos factores, desde lo humano hasta lo profesional. Sin embargo,  hay distintas formas de tratarlos:

• Negociación. Es necesario buscar puntos de encuentro entre las partes, escuchando los argumentos de los involucrados, es una estrategia recomendable para alcanzar una solución consensuada.
• Sumar a un tercero en la discusión también ayuda durante la gestión del conflicto. Esto aporta una perspectiva que ninguna de las otras dos partes haya notado y, por tanto, contribuir a alcanzar una solución.
• Conciliación. Es un método legal que acerca a las partes de acuerdo con lo que establece la ley en cuanto a deberes, derechos y garantías.
• Integración amigable. Es una buena opción para el departamento de recursos humanos. Se trata de apoyarse en el grupo de trabajo para que juntos puedan mediar y facilitar la búsqueda de acuerdos y soluciones ante el conflicto. Suele tenerse en cuenta a personas con buena reputación y prestigio dentro de la compañía.

Ante un conflicto laboral estas acciones facilitarán su gestión. Reconocer el problema y tratarlo lo antes posible es clave para evitar que se desarrolle de una manera más grave. Es necesario tener una actitud mediadora y no partidista al momento de abordarlo porque, contrario a lo que se desea, se puede terminar generando más tensión. Lo ideal, en cualquier escenario, es fomentar una dinámica de diálogo, comprensión, respeto, empatía y tolerancia para alcanzar la solución.

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