Los retos de la educación musical en Colombia

La educación musical es fundamental para el desarrollo de las habilidades y la conservación de las tradiciones folclóricas de cualquier país. De hecho, en la antigua China, Confucio no concebía la educación sin la música, a la que consideraba la segunda más importante de las seis artes esenciales en las que educar a los jóvenes, que eran: ceremonias, música, tiro con arco, conducción de carros, escritura y matemáticas.

Sin ir tan lejos en el tiempo, en 2011 la cantante islandesa Björk lanzó su álbum «Biophilia» con la intención de que sirviera como material didáctico para niños de 10 a 12 años y les inspirase a desarrollar su creatividad combinando música, naturaleza y tecnología. Cada pista del álbum describía un fenómeno natural como el ciclo de la luna, la reproducción del ADN o el movimiento de las placas tectónicas. El proyecto fue muy exitoso en las escuelas de Reikjavik y sigue en marcha.

Estudios científicos señalan que la música tiene efectos positivos en el desarrollo cognitivo, creativo, intelectual y psicológico de los niños. Incluso se ha demostrado que la música estimula el hemisferio izquierdo del cerebro, el encargado del aprendizaje del lenguaje, los números y el uso de la lógica.

Ahora bien, aunque en Colombia se están implementando algunos proyectos y se mantiene dentro del currículo obligatorio la educación musical en el ámbito formal,  queda mucho camino por recorrer, pues la música sigue siendo una asignatura complementaria y no se tiene muy presente el fenómeno de educación musical no formal, que tiene mucho que aportar y habla más de la música como práctica cultural.

Si quieres conocer la importancia y los beneficios de la educación músical y los retos que tiene que afrontar, sigue leyendo nuestro post.

Para conocer cómo se lleva esto al terreno práctico, nos hemos documentado con una entrevista a Andrés Samper, presidente del Foro Latinoamericano de Educación Musical, FLADEM, y docente de música de la Pontificia Universidad Javeriana.

«Aquí la música no solo sucede en la escuela o en la institución, el aprendizaje musical también puede ocurrir en una banda de rock, en un colectivo de hip hop, en un grupo de música llanera, o de música vallenata». «Se trata de que los niños tengan procesos de aprendizaje significativos con la música. Es decir que con aquello que ellos hacen muy bien tengan una relación de disfrute, de libertad, de creación libre de tensiones»,  cuenta Andrés Samper.

Lo anterior supone nuevos retos por asumir en materia de educación musical en Colombia:

• El primero de ellos es lograr que la educación musical tenga una mayor importancia dentro del currículo escolar; infantil, primaria y secundaria.
• El segundo, sería buscar una manera de vincular y cualificar, desde la academia, a todo ese talento empírico y vivo, los autodidáctas, los que hacen música fuera, los que aprenden música con youtube, los que encuentran su pasión, fuera de la escuela, entre otros.
• Optimización de las metodologías de enseñanza con el fin de no generalizar los estilos de aprendizaje, sino implementar estrategias mediante las cuales los alumnos desarrollen destrezas a su propio ritmo.

¿Y por qué es tan importante? Porque la música nos acompaña en todas las etapas de nuestra vida y, afortunadamente, hoy en día la comunidad educativa tiene claro el papel clave que juega la música en la formación global de los alumnos y tanto los padres como la sociedad en general comprenden que las materias artísticas son importantes para el buen desarrollo de los niños.