Responsabilidades de la educación familiar y escolar

Educar a una persona es uno de los retos más difíciles e importantes que existe en la sociedad actual. De la capacidad de los padres y profesores depende que niños y jóvenes sean personas educadas, con valores y capaces adaptarse a un mundo que se desarrolla a una gran velocidad y que exige mayores capacidades a nivel intelectual, social y personal.

La educación de un individuo, desde los primeros años se da principalmente en el ambiente familiar y en el escolar, es claro que los responsables de cada área desempeñan roles interrelacionados y adquieren una serie de responsabilidades que vamos a analizar a continuación. Del cumplimiento de estas depende, en gran medida, el éxito futuro de nuestros jóvenes y la base de nuestra sociedad.

Responsabilidades de la educación escolar

Los docentes profesionales desde su ejercicio, adquieren una serie de compromisos con los jóvenes a los cuales se encargan de formar día a día.  Constituyen una pieza fundamental para el desarrollo de las persona, en esta bella y gratificante labor como educadores.

Algunos de estos compromisos son:

• Controlar el progreso continuo del aprendizaje de sus estudiantes: los docentes deben asegurarse de que hay un verdadero progreso en los conocimientos adquiridos por los jóvenes cada año. Para ello deberá hacer un seguimiento continuo.
• Evitar los cambios de centro educativo: si el nivel educativo del centro o cualquier otro factor no es el que los padres quieren para su hijo, estos buscarán alternativas. Ahora bien, según la edad, la inestabilidad producida por el cambio podría afectar el aprendizaje del estudiante.
• Uso efectivo del tiempo y materiales de enseñanza apropiados: un educador no tiene solo la obligación de que los alumnos atiendan a sus clases. El pedagogo debe, además, asegurarse de que el estudiante aprovecha en mayor medida,  el tiempo y los medios puestos a su disposición.
• Ayudar al alumno a elegir una ruta de aprendizaje: un buen docente debe conocer bien a su alumno, saber sus debilidades y fortalezas. Su orientación a la hora de tomar decisiones académicas importantes, como elegir la opción que le permita explotar sus capacidades.
• Desarrollo personal del alumno: aunque el componente académico es importante, el docente no debe descuidar la parte personal, debe estimular y desarrollar la conciencia social de sus alumnos, fomentando el respeto a los demás y sus habilidades sociales.
• Crear un clima escolar favorable: la escuela, colegio o jardín debe ser un lugar al que el alumno quiera asistir. Algunas de las causas de deserción escolar es el ambiente hostil del centro de educativo. Los procesos de enseñanza deben llevarse a cabo en ambientes agradables entre docentes, estudiantes y familiares.

Responsabilidades de la educación familiar

La educación familiar  es el proceso mediante los responsables de familia (padres y madres) reciben orientación para asumir su papel como garantes y protectores de los derechos de sus hijos, así como de inculcarles el cumplimiento de los deberes y la práctica de valores, con el objetivo de contribuir al desarrollo de la personalidad y la convivencia familiar.

Este tipo de educación está vinculada con la educación escolar, si se aprovecha al máximo esta última dependerá, en buena medida, del ambiente familiar del que provenga el estudiante. Algunos de los compromisos de la educación familiar son:

• Enseñar a «ser»: la familia debe ayudar a su hijo a desarrollar la autonomía, el carácter y la responsabilidad personal. Le ayudará a adaptarse a un grupo social, empezando por el familiar, y también a ser consciente de su fortaleza interior e individual.
• Ayudar a buscar un proyecto de vida: la familia debe saber mostrar al hijo lo que es importante en la vida. Debe alimentar la idea que estudiar es algo básico y que una persona educada siempre tendrá mayores posibilidades para cumplir sus proyectos de vida.
• Enseñar a convivir: los padres inculcarán a sus hijos normas de comportamiento que favorecen las relaciones humanas, estimulando la participación, la cooperación, el diálogo y la toma de decisiones concertadas para ser capaz de aprender a vivir consigo mismo y en comunidad. Esto supone ayudarles a comprender a las demás personas, prepararles para solucionar conflictos de forma pacífica y creativa, el respeto por la diferencia, entre otros. De hecho, el gobierno colombiano ha diseñado un plan que contempla la mitigación de la violencia en las instituciones educativas. Si quieres saber más detalles, visita nuestra entrada HERMES: Una estrategia que favorece la convivencia escolar
• Apoyarles con el aprendizaje académico: los padres deben ayudar a sus hijos en el ámbito académico, haciéndoles ver la importancia de las tareas que deben realizar, ayudándoles a comprenderlas. Deben establecer un ambiente en casa en el que haya tiempo y horarios para todo: juego, entretenimiento, estudio, lectura, convivencia familiar, etc. Además, deben proveer a sus hijos de un espacio apto para el estudio.

En definitiva, debemos tener sentido común y recordar que todos podemos aportar nuestro granito de arena a la hora de formar a los jóvenes que serán el futuro de esta sociedad.